Si bien hay registros de campanas desde la antigüedad, de manera precaria y con la necesidad de desviar el humo, la gran cantidad de campanas en construcciones se remontan a la Edad Media. Cuando se comenzó a separar la estufa hogar del lugar de cocinar, la idea de campana extractor tomó fuerza. El desarrollo de este extractor que funciona por circulación de aire se debió a una necesidad presente en los castillos de la época. Las cocciones eran muchas y a la vez para darle de comer al Rey, príncipes o caballeros. Eso generaba humo y olores en todo el castillo.